miércoles, 17 de abril de 2013

Adultos Mayores: Envejecimiento Activo


INTRODUCCIÓN

El envejecimiento es un proceso universal que afecta a todas las especies. En nuestro caso, los humanos, nos afecta de una manera particular, ya que somos conscientes y nos perturba, pues es un tránsito hacia el desmedro y merma, que culmina con la muerte. Para conservar la especie, la naturaleza se vale, por un lado, del paso del tiempo y el envejecimiento, y, por otro, de la enfermedad, que tarde o temprano irrumpe y da paso a la muerte, la cual permite que otros vivan, y así persiste la vida.

Es un hecho que actualmente la gente vive más, lo cual se documenta en los estudios demográficos, incluidos los de nuestro país, produciéndose una tendencia progresiva y exponencial. Entre las razones, se cuentan los avances de la ciencia y, particularmente, la medicina conteniéndose, aplacándose o aplazando causas de muerte de antaño, como las enfermedades infecciosas, cardiovasculares y neoplásicas, siempre en un marco que lo permite, que es el desarrollo social.

¿Qué es el Envejecimiento Activo?

La mejor definición es la adoptada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que define el “envejecimiento activo” como “el proceso por el que se optimizan las oportunidades de bienestar físico, social y mental durante toda la vida, con el objetivo de ampliar la esperanza de vida saludable, la productividad y la calidad de vida en la vejez”. Esta definición no sólo contempla el envejecimiento desde la atención sanitaria, sino que incorpora todos los factores de las áreas sociales, económicos y culturales que afectan al envejecimiento de las personas.

El envejecimiento activo debe considerarse un objetivo primordial, tanto por la sociedad como por los responsables políticos, intentando mejorar la autonomía, la salud y la productividad de los mayores.

La sociedad debe apoyar una “cultura del envejecimiento activo y saludable” que permita que los mayores:

• Sufran menos por las discapacidades relacionadas con las enfermedades crónicas.
• Necesiten una atención sanitaria y social menor.
• No padezcan situaciones de soledad, manteniendo su independencia y una buena calidad de vida.
• Sigan participando en el ámbito económico, social, cultural y político, tanto a través de trabajos remunerados como de colaboraciones sin remunerar.
Este apoyo debe proporcionarse en las áreas de sanidad, economía, trabajo, educación, justicia, vivienda y transporte.

Por lo tanto, los hábitos de vida saludables en la adultez implica, sin duda, mejorar la calidad de vida de las personas, desarrollando actividades al aire libre, recreativas y de socialización, alimentación saludable, ejercicio físico, y asumir nuevos roles que permitan transmitir la experiencia como proceso de enseñanza a las nuevas generaciones. En definitiva, el envejecimiento activo es un proceso dinámico cuya meta final es que cada adulto mayor logre bienestar físico, social e intelectual, viviendo con plenitud sus años y logrando así una vida saludable, participativa y segura. Y para ello resulta fundamental el compromiso a nivel país de continuar fortaleciendo políticas y líneas de acción orientadas a un envejecimiento activo y de calidad.


El ejercicio como remedio

Para promocionar eficazmente los programas de ejercicio y un estilo de vida activo en las personas mayores, debemos entender los aspectos que conllevan el envejecimiento y la manera cómo éste impacta en el individuo. Es vital entender la diversidad de subpoblaciones de personas mayores, con diferentes capacidades físicas, antecedentes de ejercicio físico, salud en general, actitudes frente al ejercicio y diversidad cultural. 





Es muy importante saber que las personas mayores físicamente activos pueden tener una capacidad física superior a la de un individuo menos activo y sedentario de menor edad, vale decir, el ejercicio es la píldora de la eterna juventud.
La edad fisiológica o la edad funcional no tiene relación con la edad cronológica, por lo cual la edad en sí no es un buen enfoque para determinarla como factor de riesgo, ya que se debe asignar riesgo por daños y no por años; por ejemplo, no es lo mismo un adulto mayor de 60 años con una funcionalidad de 40 que una persona de 40 con una funcionalidad de 60.
Por lo tanto, el ejercicio es muy importante, siendo necesario generar elementos que permitan que esta actividad física, en aquellos que eran sedentarios, perdure, lo cual no implica que sea un deportista de alto rendimiento, sino que haga las actividades cotidianas sin problema; que pueda subir a un autobús, vestirse y ducharse solo, es decir, vivir en forma autónoma.






Recomendaciones para lograr un envejecimiento activo:

1.      Intente mantenerse siempre activo mentalmente. Trate de leer regularmente libros, periódicos, revistas, etc. También son útiles los juegos de mesa, especialmente en grupo, y aprender  nuevas habilidades como pintura, cocina, computación, artesanía, manualidades. 
2.      Busque un sentido de vida, como por ejemplo, actividades de voluntariado, religiosas o espirituales, desarrollo laboral y profesional. Enséñele a las nuevas generaciones lo que ha aprendido a lo largo de su vida. 
3.      Intente aumentar su nivel de actividad física en forma gradual, hasta llegar a 30 minutos diarios (se recomienda caminata a paso rápido, bicicleta, natación). Además puede realizar actividades entretenidas como bailar, gimnasia grupal, Tai Chi, excursiones).
4.      Preocúpese de ser activo socialmente. Visite a familiares, reúnase con amigos, intégrese a actividades grupales. Sonría y sea amable con la gente que no conoce. 
5.      Mantenga una alimentación equilibrada consuma a diario frutas y verduras, carnes blancas, lácteos, huevos (3-4 por semana) aceite de oliva, nueces, almendras, maní. Cereales y legumbres. Disminuya el consumo de sal y azúcar. Consuma cantidad suficiente de líquido (2 litros al día).
6.      Evite fumar o disminuya el número de cigarrillos que fuma. Es posible obtener beneficio al dejar de fumar a cualquier edad. 
7.      Mantenga una vida sexual activa. Si necesita información respecto a los cambios que ocurren con la edad, puede consultar a un especialista. 
8.      Beber alcohol con moderación. Una copa de vino con cada comida, con un máximo de 2. 
9.      Evite subir de peso, restringiendo el consumo de alimentos con gran cantidad de calorías (dulces, chocolates, pan, frituras, bebidas de fantasía).
10.  Control habitual con su médico. 
11.  Preocúpese de mantener el tratamiento de sus enfermedades crónicas, siga la dieta indicada, tome sus medicamentos, realice los exámenes que le solicite su médico en forma periódica. 
12.  Páselo bien y vea el lado positivo de las cosas, sea capaz de identificar algo bueno que le haya pasado en el día todos los días. 
13.  Mantenga una adecuada higiene del sueño, es decir, mantenga la rutina de levantarse y acostarse todos los días a una hora similar. Evite realizar siestas prolongadas (máximo 1 hora al día de siesta). Evite la automedicación con hipnóticos o tranquilizantes. 
14.  Evite la ingesta de medicamentos o productos naturales que no sean indicados por su médico. A medida que avanza la edad existe mayor riesgo de complicaciones por todas estas sustancias.              



CONCLUSIÓN
 
El envejecimiento del ser humano es un proceso natural que comienza antes del nacimiento y continúa durante todo el ciclo de la vida. Sin embargo, no todas las personas envejecen de la misma forma, la evidencia científica describe que la calidad de vida y la funcionalidad durante la vejez están directamente relacionadas con las oportunidades y privaciones que se han tenido desde la infancia hasta la edad adulta. Los estilos de vida, la exposición a factores de riesgo y las posibilidades de acceso a la promoción de la salud, prevención y recuperación de la enfermedad en el transcurso de la vida, constituyen aspectos importantes en la calidad de vida y funcionalidad del adulto mayor.
Las características de la organización de la sociedad, especialmente en los sectores rurales que no cuentan con una red y sostén social sólido, dificultan un envejecimiento más saludable y la prevención de fallas funcionales evitables, restando incentivos para que el adulto mayor asuma un rol activo.
Las Características sociales privadas de programas de integración: para educar, prevenir y promover estilos de vida saludable; para el adulto mayor restringen oportunidades de mantener activo e integrado al adulto mayor al interior de la sociedad al no tener un lugar propio. Dificultan desarrollar potencialidades y la autorealización al no ofrecerle un rol a quien envejece.
El trabajo intersectorial (sociedad) debe enfocarse al sentido de transmitir al adulto la información adecuada sobre su proceso y sobre la forma de enfrentarlo. Capacitarlos en procedimientos que mejoren sus habilidades para enfrentar situaciones estresantes, entrenarlos para resolver problemas, manejar conflictos y aceptar pérdidas, y capacitarlos para que tengan una mejor disposición para el envejecer.




Referencias